"UNO CON EL MUNDO..."

Mostrando una disposición temprana hacia la plástica, veía los libros sobre arte, como si fuesen cuentos de hadas, el dibujo fue durante la infancia temprana el juguete más preciado, pues sin saber aun leer y escribir, creaba historias, mundos y personas a través del mismo. Durante la segunda infancia y la adolescencia, recibí clases particulares de acuarela, la personalidad “purista” de mi primer Tutor Juvenal Eduardo acuarelista, hizo de la experiencia una oportunidad para aprehender al arte como una disciplina que permite el desarrollo de habilidades y destrezas tales como, la concentración, la precisión y la agudeza visual. La técnica de mi Tutor, exigía observar la realidad y poder representarla o traducirla mediante el pincel en el acto, sin un dibujo previo como guía, además de sólo poder utilizar los colores rojo carmín, amarillo ocre, amarillo medio y azul Prusia, para representar toda la gama que contiene la realidad.